La MTA fue creada en el año 2002, a partir de una iniciativa pionera en modalidades educativas no convencionales, en la que se planteó la posibilidad de cumplir con diversas metas del Plan Institucional de Desarrollo de la Universidad de Guadalajara; entre otras, la creación de un programa institucional para el desarrollo el personal académico que contemplará estrategias formativas abiertas y a distancia para los Centros Universitarios y el Sistema de Educación Media Superior, SEMS.
A partir de esta iniciativa, se constituyó un equipo multidisciplinario integrado por profesores del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), del Centro Universitario de la Costa (CUC), así como por miembros de la Coordinación General para la Innovación del Aprendizaje (INNOVA).
El producto de las sesiones de trabajo de este equipo multidisciplinar fue un programa con dos salidas especializantes: una en tecnologías para el aprendizaje y otra en educación a distancia; estas orientaciones llevaron impreso desde el inicio los enfoques desde los cuales pensaban los integrantes del equipo multidisciplinar que debería estudiarse el novísimo fenómenos de las tecnologías aplicadas al aprendizaje. Se trataba de un programa que debía cursarse en un periodo de dos años, y concebido inicialmente para ser entregado de manera presencial con algunos apoyos en línea.
Así, inició la primera generación de estudiantes de la MTA con estudiantes de las sedes de CUCEA y el CUC, lo cual obligó a un uso intensivo del recurso de videoconferencias, debido a que la mayor parte de las sesiones eran presenciales y la distancia impedía a los estudiantes de Vallarta acudir a Guadalajara.
Al cabo de un año, se revisaron los avances del programa en todos los aspectos y se llevó a cabo un proceso de ajuste que replanteó en el plan de estudios original las orientaciones o salidas especializantes los tiempos en que se cursaba, las modalidades de titulación, y se estableció una alianza estratégica con la UOC a través del Master Internacional en E-learning.
Desde luego, este proceso de cambio estuvo pautado por el reconocimiento de que el diseño de las orientaciones era muy amplio y al asignar diferente cantidad de créditos, propiciaba que la elección se hiciera principalmente en función de la cantidad de materias que había de cursar, además de que la salida que llevaba el nombre mismo del programa resultaba mas atractiva por sí sola.
Por otra parte, la presencialidad que se exigía terminó por desalentar a muchos estudiantes que continuaban con su ritmo laboral al no poder gozar de apoyo alguno (becas, y/o descargas horarias) para cursar el postgrado, lo que evidenció la urgente necesidad de avanzar más hacia una modalidad en línea y con poca presencialidad principalmente para algunas áreas, como la producción de video, diseño multimedia y web. Igualmente, la rigidez de cursar el programa en dos años propició que algunos estudiantes no pudieran combinar sus responsabilidades laborales y familiares con los estudios. Las reformas que se plantearon, más los elementos adicionales que enriquecen la calidad del programa, han redundado en una mayor demanda y las dos generaciones de egresados están impactando positivamente en sus lugares de trabajo.